Las palabras son símbolos de una ilusión. Cuando hablo
siento el aspecto limitante de mis palabras. Cada palabra y cada definición es
una separación de lo que soy. “Bueno o malo” es una perspectiva. “Claro u
oscuro” es un juego. No hay separación entre mi yo consciente y mi
subconsciente. Soy uno solo. El pasado y el futuro están afuera del punto,
porque el único “punto” donde estoy es AHORA. El pasado y el futuro es ahora.
Trato de liberar mis oraciones de la esclavitud que supone
la ilusión de encerrar la eternidad infinita en un círculo de palabras:
Todo es uno. Uno es todo lo que soy. Soy uno.
Y, sin embargo, yo soy mi SER. Yo soy una conciencia
existente, un momento a la vez, experimentando una de las infinitas facetas de
la unidad definida como YO.
¿Soy un símbolo de una ilusión? ¿Soy una palabra, un sonido,
un pensamiento de todos los posibles UNOS? ¿Qué soy yo?
El círculo se cierra en mi mente.
Soy uno. Uno es todo lo que soy. Todo es uno.
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