domingo, 7 de abril de 2019

Memoria Selectiva

La memoria selectiva es un fenómeno que se utiliza de forma popular para justificar por qué una persona puede acordarse muy bien de una cosa y haber olvidado por absoluto otros sucesos.
¿Por qué alguien puede ser capaz de recordar el aroma del perfume que usaba su abuela hace 20 años pero es incapaz de acordarse de lo que ceno el domingo pasado?

La respuesta a esta pregunta es sencilla. La memoria funciona de una forma selectiva. Es decir, no recuerda toda la información que capta de la misma forma.

De este modo, ciertos elementos pueden almacenarse muy profundamente en la mente de las personas y recordarse a la perfección. En cambio otros aspectos pueden no memorizarse bien y olvidarse con facilidad.

Estas características de la memoria humana ponen de manifiesto que la memoria selectiva no es un tipo determinado de memoria. Más bien todo lo contrario, el proceso amnésico es selectivo.

Con el objetivo de comprender qué es la memoria selectiva y por qué las personas recuerdan más unos elementos que otros, en el presente estudio se revisan las características selectivas de los procesos de memorización.

Así mismo, se argumentan muchas de las cuestiones de interés científico que han surgido a raíz del descubrimiento de la memoria selectiva. ¿Qué es lo que se olvida? ¿Qué es lo que se recuerda? ¿Cómo funciona la memoria? ¿Memorizar ocupa lugar?

Los procesos de memoria de los seres humanos están en continuo funcionamiento. Estos no descansan y trabajan durante todo el día para nutrir el pensamiento de las personas.

Del mismo modo, los sentidos captan de forma permanente una infinidad de estímulos. Ya sea a través de la vista, el olfato, el tacto o el oído, la cantidad de información que llega al cerebro durante un día resulta incontable.

De hecho, si alguien trata de recordar por la noche la información que ha captado durante el día, le será totalmente imposible acordarse de todos los elementos percibidos.

Esta situación se explica y se justifica a través de la selectividad de la memoria. El cerebro humano es incapaz de almacenar y recordar todos los elementos que capta. Así mismo, mucha de la información que se percibe resulta irrelevante para la vida de las personas.

¿De qué color era la tapicería del taxi que has tomado esta tarde? ¿Cómo eran los pendientes de la vendedora de la tienda donde has ido a comprar? ¿Qué bolígrafo has utilizado esta mañana en la oficina?

Todos estos ejemplo son elementos que se olvidan con facilidad debido a la memoria selectiva. El cerebro interpreta esta información como irrelevante, por lo que a no ser que aparezca un estímulo que capte la atención, no se suele recordar.

De este modo, se concluye que la memoria es selectiva porque el cerebro humano no puede acordarse de todo. Tiene que recibir y filtrar la información para quedarse con aquella especialmente importante y obviar la irrelevante.

La identidad no es una versión comprimida de los acontecimientos que ha vivido un individuo principalmente gracias a la memoria selectiva. Esta permite filtrar qué experiencias pasan a formar parte del pensamiento y la forma de ser del individuo, y cuáles pasan a formar parte del olvido.

Esta importante característica de la memoria selectiva vuelve a poner de manifiesto su estrecha relación con los sentimientos y las motivaciones de las personas.


La memoria selectiva se encarga de almacenar esos recuerdos que están ligados con los valores, las necesidades y las motivaciones propias que definen a la personas y caracterizan su forma de percibir las cosas.

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