La metafísica del
Ser, en cualquiera de las formas en que se ha planteado en la historia, tiene
el mismo error al introducir una falsa
realidad como si el acontecimiento llevara en sí algún tipo de obediencia.
¿Cuál es el ser de la justicia, de la forma, de la ley, de la idea, del fin?
Los metafísicos separan artificialmente el acontecimiento entre lo que hace y
hacia lo que se dirige la acción,
obedeciendo a una dogmática metafísico-lógica
sin necesidad del hecho en sí.
De esta forma se han tratado de resolver los
problemas de la humanidad, sin resultados, porque no es posible la existencia
de una lógica que obedezca a una causa y a un efecto incuestionable, sino todo
dependerá de entender la diversidad y lo múltiple que nos presenta el devenir y
que sólo admite la mesura del pensamiento para buscar definiciones no
dogmáticas.
Por medio de la
metafísica se ha tratado de quitar valor a la realidad como devenir, al mundo
sensible, sustituyéndolo por un mundo ideal o del Ser en forma mentirosa o
inocente por falta de conocimiento, que no es posible en la física y en la
filosofía del presente y del futuro, por no concordar con el paradigma del
devenir como insurrección de los saberes, que se nos presenta en nuestras
vivencias y en el conocimiento que ha logrado la humanidad. Dirá Nietzsche: “La
historia del ser no es ni la historia del hombre y de una humanidad ni la
historia de la referencia humana al ente y al ser. La historia del ser es el
ser mismo y sólo eso”
Por lo tanto al
ser, como ente en su totalidad o cosmos, sólo podremos concebirlo como
afirmación de toda la creatividad que conlleva, en su inmensidad, la verdad en
sí. Como devenir, una nueva organización de las ciencias, de la filosofía y una
determinación de los valores del futuro.
La muerte de Dios
en filosofía y en la ciencia llegará cuando no se tenga en cuenta al pluralismo
o empirismo de la creación de todas las cosas, acabando con la existencia de un
Dios único o Centro Ontológico cerrado. En el devenir no puede existir un
acontecimiento, fenómeno, palabra y por lo tanto pensamiento cuyo sentido no
sea plural o múltiple, que unifique las distintas ciencias para que caminen
unidas por el sendero del devenir .
Esta unión del conocimiento, filosófica,
científica, amará al destino como devenir o amor fati, como la realidad
verdaderamente activa, imbuida de conceptos activos capaces de ser mesurados
por el poder del pensamiento.
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