Mientras se nos enseña a ser productivos y a estar ocupados,
nos distanciamos de nuestros verdaderos deseos y necesidades.
Esto genera que nos creemos una falsa máscara que define quienes somos desde lo
que hacemos o dejamos de hacer.
En este artículo vamos a aclarar conceptos y ayudarte a que
puedas entender y diferenciar si vives tu vida desde el «modo hacer» o el «modo
ser». Así podrás tomar consciencia y empezar a cambiar si así lo deseas. Vamos
a ello.
¿Dónde aprendemos a «hacer» o a «ser»?
A menudo el malestar aparece cuando los mandatos externos
(mensajes familiares, sociedad, etc) y
tus deseos internos no están de acuerdo. Aunque es complicado cambiar, no es
imposible, ya que desde pequeños se ha premiado el hacer y se relaciona con el
que los padres estén contentos con el hijo.
Por ejemplo. “Si haces caso, conseguirás esto”. “Si sacas buenas notas,
conseguirás esto”
Como
consecuencia, si el hijo no cumple con su obligación, no se sentirá merecedor
de amor.
«Nuestra vida expresa el resultado de nuestros pensamientos
dominantes». – Soren
Kierkegaard-
Como la mayoría de situaciones que ocurren en la infancia, va a
tener unos efectos en el futuro. Puede ser que en la
infancia, fuera la voz de tus padres la que te invitaba a “hacer”, pero
ahora que eres un adulto responsable y autónomo
eres tu quien te exiges hacer más para parecer alguien.
¿Qué significa el «modo hacer”?
El modo hacer se distingue porque no para nunca. Se da
cuando entras en piloto automático funcionando con actos que te alejan y te
desconectan de tus propias necesidades y deseos. El «modo
hacer» busca reconocimiento por sus acciones.
Por ejemplo, si piensas “haré otro máster, y así seré mejor
profesional”. Quizá tendrás más conocimientos pero no serás mejor profesional
ni persona por hacer o tener más. Es por eso que el «modo hacer» tiene trampa,
pues nunca termina.
El hecho de centrarte en lo superficial y en lo material te
distancia de lo importante y sobretodo de lo que está en tus manos, como es el
trabajo personal y emocional. Además, las acciones son infinitas y nunca serán suficientes para ti,
porque la diferencia está en el ser, no en el hacer.
¿Qué significa el “modo ser”?
El modo ser, pasa por escuchar lo que necesitas a nivel
físico, emocional y mental. Tiene que ver con hacer caso a tu cuerpo, tus
emociones y pensamientos. Cuando nos
conectamos desde el ser, damos espacio a entrar en contacto con nuestro
corazón.
Por ejemplo, Ir a zumba. Si lo enfocas desde el “hacer”
quizá hoy es martes y te toca, si lo enfocas desde el “ser”, te apetece porque
necesitas descargar energía, porque te quieres regalar ese momento, porque
quieres bailar y sentirte libre…
El hecho de tomar las decisiones desde el ser hace que lo
hagas desde tu necesidad personal, no por el mero hecho de complacer al otro o de recibir su
atención. Es entonces, cuando te puedes sentir pleno y en el momento presente.
De la otra manera, sólo estás en el futuro, haciendo listas infinitas.
Identifica en qué modo estás: ¿hacer o ser?
Las personas que enfocan su vida desde el “hacer”
probablemente el resultado sea más visible,
porque son personas ambiciosas que
han querido hacer más y han llegado a puestos de trabajo altos. Pero a veces,
el constante hacer no les ha permitido parar y respirar, sentir y escucharse.
Las personas que enfocan su vida desde el “ser”, al estar
más conectados con sus deseos y sus necesidades las acciones que tengan lugar
tendrán coherencia ya que estarán en sintonía con el deseo y el movimiento que
se hará.
Si actuamos de manera consciente, el “hacer” es positivo, ya
que nos permite planificar, organizar tareas, tomar decisiones pero si lo
hacemos en modo automático nos desconecta de la intención del momento. Siempre
respetando nuestras pausas y ritmos, sino hay riesgo de que volvamos al piloto
automático.
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