Es imposible imaginar la cantidad de información de
“última hora” que podemos llegar a procesar diariamente. Con Twitter, los
updates de Facebook., actualizaciones por correo electrónico, RSS…. Compartimos
mucha información. Normalmente todos los que compartimos realizamos varios
roles a la vez: emitir, remitir y compartir, Mashing up, recibir ,
redistribuir, crear , combinar y recrear.
Después de la lectura la psicología de Compartir, ¿Por qué la
gente comparte contenido online? pude comprender las
principales motivaciones detrás del acto de compartir. Casi el 75% de las
personas del estudio indican que el acto de compartir como acto de
“gestión de la información” que les permite procesar la información
de forma más profunda, a fondo y de forma más cuidada , lo que indica que
el intercambio de información cuando comparten , les ayuda a hacer mejor el
trabajo.
Según Seth Godin fundador de Squidoo, en su post “I spread
your idea because…“, relata algunas claves interesantes por las
que compartimos algo en la web. Las principales que llaman más mi atención son:
Compartir esta idea me hace sentir generoso, desinteresado.
La idea me interesa y quiero tomar parte activa en que
triunfe, en que se extienda
Estoy indignado y quiero que otros se sumen a mi indignación
Alguien que conozco o con quien me siento implicado me lo
pide directamente
Puedo usarlo para unir a diferentes personas y construir
comunidad
Economías de escala, tu servicio – que yo ya utilizo –
funcionará mejor para mí si mucha gente lo usa
Tu idea me permite expresar algo que yo tengo dificultad
para expresar o explicar directamente
Me permite ayudar a alguien que me importa o interesa
Me gusta lo que haces y es mi manera de pagarte por ello
Pero lo que me interesa principalmente entender los
fundamentos reales que gobiernan ese comportamiento de compartir en el ámbito
profesional.
¿Qué hace que las personas estén dispuestas a compartir sus
conocimientos con los demás? Debido a que nuestro conocimiento está
estrechamente ligado a nuestra identidad, ya que es muy importante para cada
uno de nosotros que nuestros compañeros nos vean como conocedor y experto.
Una de las principales formas en que demostramos esa identidad a nuestros
compañeros, es compartir nuestros conocimientos con ellos. Sin embargo,
compartir el conocimiento es peligroso, ya que la otra persona puede hacer un
comentario hiriente sobre él o indicar que no vale la pena seguir
escuchando.
Y el conocimiento compartido requiere tiempo, porque
para responder realmente a lo que la otra persona pregunta, debemos emplear
tiempo para entender el problema y explicarlo con la suficiente profundidad.
En el blog de Nancy
Dixon , revela que uno de los estudios más interesantes en el
intercambio de conocimiento fue realizado por Constant, Kiesler and
Sproull. Uno de sus descubrimientos fue que los empleados diferenciaban
dos tipos de intercambio de conocimientos. Un tipo de personas
estaba compartiendo productos, por ejemplo programas de ordenador, y un segundo
tipo , compartían el conocimiento que los empleados habían aprendido de su
propia experiencia, por ejemplo, cómo llegar a un cierto cuello de botella en
el sistema, o cómo lidiar con un error particularmente difícil en un programa.
Este segundo tipo de conocimiento que ellos consideran como parte de su identidad,
una gran parte de lo que les permitía ser buenos profesionales.
Cuando compartían el segundo tipo de
conocimiento, el experiencial, obtenían un beneficio personal de hacerlo.
El beneficio personal, no era el dinero o la promesa de un ascenso, sino que el
principal motor para el intercambio de conocimiento experimental es el respeto
y el reconocimiento de sus pares. El reconocimiento significa más para nosotros
cuando se trata de aquellos que realmente conocen el tema, que saben lo que
están hablando.
Esto nos lleva a la segunda razón de la
gente para compartir su conocimiento, las relaciones. La forma en
que un profesional puede saber cómo alguien va a tratar el bien precioso de su
conocimiento es conocer a esa persona lo suficientemente bien, es decir
establecer relaciones de confianza. Las relaciones pueden ser construidas
a través de conversaciones informales, la lectura de lo que otro ha escrito,
trabajando juntos en un equipo, o ver los comentarios en una comunidad on-line.
Por lo tanto , resumiendo el intercambio de
conocimientos y la relación van intensamente ligados, e interactúan mutuamente.
Y
tal y como indicó Ismael Peña-López en
uno de mis últimos post, es importante visualizar los beneficios
estrictamente individuales que el participante obtendrá de trabajar colaborando
con los demás. Es decir, qué incentivos tengo yo para trabajar con otros.
Además del menor esfuerzo y la posibilidad de llegar más lejos, hay dos
condiciones añadidas: simetría de expectativas y asimetría de conocimientos
.
Por una parte, yo necesito saber que habrá una simetría
en el compromiso y, sobre todo, en el nivel, en la calidad de la
aportación de los demás respecto a mí mismo. Si yo sé mucho de un tema, o estoy
muy implicado, quiero que los demás tengan una trayectoria similar. Si no, más
que trabajar con, tengo la sensación de estar trabajando para alguien.
Por otra
parte, debe haber una asimetría de áreas de conocimientos, aquí es
donde la hibridación es clave, donde lo aportado por diferentes miembros del
equipo no sea lo mismo. Si no es así, estamos haciendo que personas que podrían
perfectamente trabajar solas acaben trabajando juntas para llegar al mismo
resultado, con el contratiempo de añadir los costes de coordinación que
requiere un trabajo en equipo y que aquí no se compensan con los beneficios.
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