De la amistad se ha escrito
mucho y seguramente se seguirá escribiendo, pero nunca será suficiente para
entender la importancia de tener amigos.
Ser amigo es casi tan importante
como respirar; es el mayor signo de nuestra capacidad de darse, de ayudarse
mutuamente. ¿Hasta qué punto un padre, un esposo o esposa podrá suplantar a un
amigo fiel?
En la amistad no caben la traición
de Judas, la mentira, la hipocresía. Sólo existen la verdad, la conducta digna,
los gestos desinteresados y generosos.
El amigo nos acompaña en el
trabajo arduo y en el difícil camino de la vida. La amistad es la prueba
contundente de quien soy, porque solamente por los amigos me reconozco y me
encuentro en lo cotidiano y en la gratitud hospedada en mi alma que recibe
sorpresivamente este maravilloso sentimiento.
Hugo W Arostegui
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