Es una realidad difícil de aceptar pero no por eso menos
cierta: la mayoría de las personas nunca serán verdaderamente exitosas.
El magnetismo de la mediocridad es demasiado fuerte. Como
dijo David Schwartz, “Todo lo que te rodea está tratando de empujarte hacia el
conformismo”.
Y la mayoría no logra escapar a esa fuerza, pues está
enfocada en “ganarle al de al lado”, usualmente a través de la manipulación o
el engaño. Como resultado, quedan luchando permanentemente por las sobras de
ese 99% que les rodea.
Esto no tiene por qué ser así.
Una vida construida sobre tus sueños más grandes – La
independencia financiera en un 100%, ser tu propio jefe, viajar alrededor del
mundo con tu familia, lo que sea… está a tu alcance, si sabes dónde comenzar.
Pero la mayoría de las personas nunca abandonarán la
seguridad de mantenerse dentro del rebaño.
La mayoría de las personas no están dispuestas a fracasar.
“Solo podemos ser realmente exitosos en las cosas en las que
estamos dispuestos a fracasar” – Mark Manson
La mayoría de las personas odian al fracaso. Le huyen.
En sus propios ojos, si no tienen habilidades ‘innatas’ para
algo, asumen que son ellos los que no sirven para eso.
Dado que su autoestima
está atada a su desempeño, cualquier fracaso es prueba de que no son lo
suficientemente buenos.
Pero ésta es exactamente la razón por la cual permanecen en
la mediocridad. Si no están dispuestos a fracasar, no son capaces de aprender
de sus errores. Si nunca aprenden, nunca crecerán ni se desarrollarán en algo
más.
¿Quieres una fórmula para el éxito? en realidad es bastante
simple; duplica tu tasa de fracasos. Puedes pensar que el fracaso es el enemigo
del éxito, pero no es así. El fracaso puede desalentarte o puedes aprender de
él, así que ve y fracasa.
Fracasa tanto como puedas; recuerda que allí es donde
encontrarás el éxito. – Thomas J. Watson
Si no estás dispuesto a fracasar, tienes la garantía
de que nunca saldrás del promedio.
Si quieres volverte una versión extraordinaria de ti mismo,
debes estar dispuesto a fracasar… y mucho.
El fracaso te da humildad. Desarrolla tu carácter. Te ayuda
a reírte de tus errores y no tomarte las cosas tan en serio. Como una planta
que mueven de las sombras y hacia la luz del sol, tu crecimiento se
multiplicará diez veces.
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