jueves, 2 de agosto de 2018

Del Dicho Al Hecho

Esta expresión, muy usada hoy en día, podría tener su origen en el latín (Loqui facile, praestari difficile/ Hablar es fácil, prestar difícil), como recoge Esteban de Terreros y Pando en Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes y sus correspondientes en las tres lenguas francesa, latina e italiana (1787), y su significado se relaciona con las dificultades que surgen, prácticamente siempre, a la hora de poner en práctica cualquier acción que en la teoría sonaba sencilla y asequible.

Sobre esta idea gira también la explicación de este refrán que da Juan de Mal Lara en Philosofia vulgar (1568), y más concretamente en el epígrafe Los dichos en nos, los hechos en Dios. No obstante, la primera aparición escrita de este refrán data de 1549, cuando fue recogido por Pedro Vallés en Libro de refranes y sentencias de Mosén Pedro Vallés.

Ya fuera de su origen y significado, la popularidad de esta expresión queda también reflejada por su aparición en distintas obras de la literatura española. Quizá la más famosa corresponde a Miguel de Cervantes Saavedra, que lo utilizó doblemente en Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, empleándolo primero en boca de Alonso Quijano para hablar con Sancho, y unos capítulos después como respuesta del escudero al hidalgo.

Por otra parte, también el refrán también se cita en la publicación anónima Diálogos de John Minsheu (1559) y en Peñas arriba (1884) de José María de Pereda.

Es un refrán popular que se refiere a la paradoja de que lo prometido no se corresponde con las acciones o camino que el individuo debe de seguir o cumplir para alcanzar su objetivo o lo ofrecido.

Como tal, es un proverbio de origen español pero muy popular y usado también en América.

Este refrán refleja que en ocasiones las palabras o promesas del individuo no son reflejadas en sus acciones, y es por ello que el hombre no debe confiar en las promesas que no pueden cumplirse. Por ejemplo: en las campañas políticas, que los políticos aprovechan para dar su mejor discurso prometiendo y ofreciendo cientos de beneficios al pueblo para captar las atenciones de los ciudadanos y asegurar su voto, pero que al pasar el tiempo las propuestas ofrecidas son diferentes a la realidad de los hechos.
   
En este sentido, dicho refrán refleja la discordancia entre las palabras y los hechos, y es por ello que es usado como advertencia para desconfiar de las palabras del otro, ya que es fácil hablar y prometer pero lo difícil es cumplir, y de ahí se observa la sinceridad y el compromiso del individuo en realizar o concluir lo propuesto.


Con respecto a este refrán, y no es menos cierto que desde el momento de prometer una acción pueden surgir contratiempos o dificultades que impide al individuo cumplir con sus promesas, supuesto que debe de ser ponderado al momento de usar este refrán en cualquier situación, por lo que a veces es aconsejable no decir nada hasta concretizar el objetivo. 

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