Para mí la vida es como transitar por un territorio
desconocido del cual vamos haciendo el mapa a medida que lo vamos recorriendo.
El nacer nos pone en un lugar determinado y empezamos a caminar sin tener
muchas herramientas que nos ayuden a orientarnos.
Al principio empezamos a caminar buscando alcanzar objetivos
puramente fisiológicos como comer, dormir,…. luego nos fijamos otro tipo de
objetivos como divertirnos y pasarlo bien. Después tener un buen trabajo,
quizás formar una familia,… cada momento de nuestra vida tiene sus propios objetivos.
¿Por qué son éstos y no otros? Son esos porque creemos que
alcanzar esos objetivos nos hará felices. Así que, es como si
tuviéramos una brújula interior que se orienta siempre
hacia la felicidad.
Quisiera
continuar con esta comparación para que veamos juntos la diferencia entre rumbo y destino.
Podemos utilizar la brújula como un instrumento de
navegación para ir de un lugar a otro. Si no quiero perderme, antes de salir,
consultaré la brújula y miraré en qué dirección está mi objetivo. Por ejemplo,
supón que está en dirección Oeste, así que ese será el rumbo que deberé
seguir para llegar a mi destino. Cuando en mi camino,
las circunstancias del terreno me desorienten o cuando aparezcan
obstáculos que me desvíen de mi rumbo, utilizaré la brújula buscar caminos
alternativos que me lleven hacia el oeste.
Por lo tanto, el rumbo me ayuda a no perderme en el camino a mi objetivo.
Para mi es muy importante tener claro que una cosa es el rumbo y otra cosa es el destino final al que quiero
llegar. Si confundo el rumbo (en mi ejemplo es
dirección oeste) con el destino (el lugar específico
al que quería llegar) y me pongo como objetivo llegar al oeste me pasaré toda
la vida dando vueltas al mundo sin llegar a alcanzarlo nunca. Así que esta
confusión tiene sus consecuencias. Ahora me gustaría bajar todo esto de la
diferencia entre rumbo y el destino a la vida cotidiana.
Como persona, lo que está a mi alcance es fijarme objetivos de
una forma más o menos consciente y dirigirme hacia ellos haciendo cosas que me
acercan o alejan de ellos. Vivir la vida es como caminar y los objetivos que me
marco en mi vida son como los destinos que yo escojo. Los
destinos viven en mi imaginación, en cambio, la vida consiste en caminar el
camino. Como decía el poeta:
“Caminante no hay camino, se hace camino al andar… ” A.
Machado
Para fijarme los objetivos o destinos lo que hago es
imaginarme si seré feliz cuando los alcance. Es decir que escojo un objetivo y
no otro en función si creo que me va a hacer feliz o no. Así que utilizo la brújula interior que se orienta hacia Felicidad para guiarme por la
vida.
Lo que quiero decir con esto es que ninguno de esos lugares
es la Felicidad… o quizás la felicidad esté en cada uno de esos lugares y pasos
que voy dando. Si pretendo fijarme como meta alcanzar la Felicidad no la
alcanzaré nunca porque es un rumbo, una dirección y no un destino.
Por eso te digo que es imposible ser feliz en el mismo sentido que es imposible
llegar al oeste. En conclusión, creo que la felicidad no está en ningún lugar en concreto y
que podemos encontrarla, potencialmente, en cualquier sitio.
Ahora bien, ¿cuáles son los puntos cardinales de la brújula de la
felicidad? ¿Cómo se lee el rumbo de mi brújula
interior? Si supiera cómo leerla y utilizarla entonces podría fijarme objetivos
y escoger caminos que me llevarían hacia una vida lo más feliz posible.
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