Las habilidades sociales son las conductas o
destrezas sociales específicas requeridas para ejecutar competentemente una
tarea de índole
interpersonal. Se tratan de un conjunto de comportamientos
aprendidos que se ponen en juego en la interacción con otras personas (Monjas,
1999).
De acuerdo con Prieto, Illán y Arnáiz (1995), centrándose en el contexto educativo, las destrezas sociales incluyen conductas relacionadas con los siguientes aspectos, todos ellos fundamentales para el desarrollo interpersonal del individuo:
De acuerdo con Prieto, Illán y Arnáiz (1995), centrándose en el contexto educativo, las destrezas sociales incluyen conductas relacionadas con los siguientes aspectos, todos ellos fundamentales para el desarrollo interpersonal del individuo:
• Las conductas interpersonales (aceptación de la autoridad,
destrezas conversacionales, conductas cooperativas, etc.)
• Las conductas relacionadas con el propio individuo (expresión de sentimientos, actitudes positivas hacia uno mismo, conducta ética, etc.)
• Conductas relacionadas con la tarea (trabajo independiente, seguir instrucciones, completar tareas, etc.)
• La aceptación de los compañeros
• Las conductas relacionadas con el propio individuo (expresión de sentimientos, actitudes positivas hacia uno mismo, conducta ética, etc.)
• Conductas relacionadas con la tarea (trabajo independiente, seguir instrucciones, completar tareas, etc.)
• La aceptación de los compañeros
Las habilidades
sociales o de relación interpersonal están presentes en todos
los ámbitos de nuestra vida. Son conductas concretas, de complejidad variable,
que nos permiten sentirnos competentes en diferentes situaciones y escenarios
así como obtener una gratificación social. Hacer nuevos amigos y mantener
nuestras amistades a largo plazo, expresar a otros nuestras necesidades,
compartir nuestras experiencias y empatizar con las vivencias de los demás,
defender nuestros intereses, etc. son sólo ejemplos de la importancia de estas
habilidades.
Por el contrario, sentirse incompetente socialmente nos puede
conducir a una situación de aislamiento social y sufrimiento psicológico
difícil de manejar.
Todas las personas necesitamos crecer en un entorno socialmente
estimulante pues el crecimiento personal, en todos los ámbitos, necesita de la
posibilidad de compartir, de ser y estar con los demás (familia, amigos,
compañeros de clase, colegas de trabajo, etc.). Baste recordar los esfuerzos
que, tanto desde el ámbito educativo como desde el entorno laboral, se realizan
para favorecer un clima de relación óptimo que permita a cada persona
beneficiarse del contacto con los demás, favoreciendo así un mejor rendimiento
académico o profesional.
Las habilidades
sociales o de relación interpersonal están presentes en todos
los ámbitos de nuestra vida. Son conductas concretas, de complejidad variable,
que nos permiten sentirnos competentes en diferentes situaciones y escenarios
así como obtener una gratificación social. Hacer nuevos amigos y mantener
nuestras amistades a largo plazo, expresar a otros nuestras necesidades,
compartir nuestras experiencias y empatizar con las vivencias de los demás,
defender nuestros intereses, etc. son sólo ejemplos de la importancia de estas
habilidades.
Por el contrario, sentirse incompetente socialmente nos puede
conducir a una situación de aislamiento social y sufrimiento psicológico
difícil de manejar.
Todas las personas necesitamos crecer en un entorno
socialmente estimulante pues el crecimiento personal, en todos los ámbitos,
necesita de la posibilidad de compartir, de ser y estar con los demás (familia,
amigos, compañeros de clase, colegas de trabajo, etc.). Baste recordar los
esfuerzos que, tanto desde el ámbito educativo como desde el entorno laboral,
se realizan para favorecer un clima de relación óptimo que permita a cada
persona beneficiarse del contacto con los demás, favoreciendo así un mejor
rendimiento académico o profesional.
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