miércoles, 6 de junio de 2018

Autodominio


Según Freud la personalidad humana surge del conflicto entre nuestros impulsos instintivos tendentes a la agresividad y a la búsqueda del placer, por un lado, y los límites sociales que se les impone por otro. La personalidad se construye como un intento de conciliar estas dos instancias buscando la satisfacción de nuestros instintos sin ser víctimas de los sentimientos de culpa o castigo. Para explicar este conflicto Freud construyó unos conceptos teóricos que interactuaban entre sí: el ello, el yo y el super-yo. 

Estos conceptos no tienen que considerarse como poseedores de una verdad objetiva sino más bien como herramientas útiles para la comprensión de la dinámica de nuestro psiquismo.

Capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos conflictivos.
"Sabio es quien sabe controlarse. Conoce tus debilidades, para aprender a dominarlas". Sócrates.

"Quien se controla a sí mismo, no tendrá dificultad alguna para gobernar con eficacia. Al que no sabe gobernarse a sí mismo, le resultará imposible ordenar la conducta de los demás". Confucio.

El autodominio, también conocido como autocontrol, es la capacidad que tiene el individuo para regular de forma consciente y voluntaria los impulsos y las emociones, los estados de ánimo y sentimientos y, también, para retrasar voluntariamente las gratificaciones, yendo más allá del placer inmediato mientras se persigue un objetivo superior en el futuro, cuestión que nos convierte en seres propositivos (por ejemplo, renuncio al placer inmediato de ir a la playa, para estudiar y aprobar las oposiciones).

El término autocontrol se compone de la unión de dos vocablos que provienen de idiomas diferentes. En primer lugar, se forma por la palabra "auto" la cual procede del griego autos y se traduce como "sí mismo". En segundo lugar, se halla la palabra "control" que emana del francés y que es sinónimo de dominio y control. Por tanto, partiendo de dicho origen etimológico podríamos subrayar que la definición literal del término que ahora nos ocupa es la de "control de sí mismo".

En resumen, el autodominio o autocontrol podría definirse como la capacidad consciente de regular los impulsos de manera voluntaria, con el objetivo de alcanzar un mayor equilibrio personal y relacional. Una persona con autodominio (autocontrol) puede manejar sus emociones y regular su comportamiento.

Después del "autoconocimiento", la segunda aptitud (destreza, habilidad) de la Inteligencia Emocional (IE) es el "autocontrol", "autodominio", "autorregulación", como también les llaman Goleman y otros especialistas. Esto no significa negar o reprimir los sentimientos o emociones. Controlar las emociones no quiere decir suprimirlas. 

Las emociones nos dan muchas pistas acerca de por qué hacemos lo que hacemos. Su supresión nos priva de esta información. Por otra parte, tratar de suprimirlas no hace que desaparezcan; las deja libres para que salten en cualquier momento. El control de las emociones es algo muy distinto de su supresión.

Significa comprenderlas y, luego, utilizar esta comprensión para transformar las situaciones en nuestro beneficio. Para Goleman, las dos habilidades primarias de la "autorregulación" (manejar impulsos y vérselas con las inquietudes)están en el corazón de cinco aptitudes emocionales que son:

1- Autodominio. Manejar efectivamente las emociones y los impulsos perjudiciales.
2- Confiabilidad. Exhibir honradez e integridad.
3- Escrupulosidad. Responsabilidad en el cumplimiento de las obligaciones.
4- Adaptabilidad. Flexibilidad para manejar cambios y desafíos.
5- Innovación. Estar abierto a ideas y enfoques novedosos y a nueva información.


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