La filosofía es
una ciencia.
Independientemente que los científicos pretenden restringir el área sólo al de
las ciencias experimentales
como (la Física,
la Química,
etc.), la filosofía, por su parte, es también una ciencia, de acuerdo al concepto de Aristóteles,
"Ciencia es un conocimiento cierto de las cosas por sus causas".
En consecuencia, un conjunto de conocimientos está en el
nivel científico cuando apunta a las causas de lo que se estudia, sea el fenómeno
físico, sea el origen del
universo. La filosofía no tiene otra pretensión, sino la de investigar
el fondo mismo del universo,
las condiciones que hacen posible su existencia, las causa que de hecho han
originado las cosos de este mundo. El instrumento de la filosofía es la razón.
Sólo con la razón se pueden descubrir las causas de las cosas, la filosofía es
la más universal de todas las ciencias.
Trata absolutamente de todos las cosas, no hay un solo ser
que se escape al horizonte propio de las investigaciones filosóficas, tanto los
seres materiales, como los espirituales, los números, los hombres, las máquinas;
todo es tema propio de la filosofía.
Precisando que solamente estudia las causas supremas de
todas las cosas, se puede decir que la Filosofía es el
conocimiento científico
de las esencias y de los primeros principios de todo ser, o sea, de las causas
supremas de todas las cosas.
Es en esa profundización hasta la esencia de las
cosas, en donde reside principalmente el carácter filosófico de la Ética. Que
estudia los actos humanos en cuanto a su bondad o maldad, es decir, profundiza
en la esencia, por lo que al ser la ética una rama de la filosofía como tal
participa de las características de la filosofía, las dos están en el plano
científico y las dos son racionales.
La ética como tarea científica de explicación, no se puede
considerar tan solo como un capítulo de la filosofía especulativa, tradicional
y metafísica.
En este terreno, la ética, en su afán científico de explicación considera la
naturaleza, condiciones y fundamentos de la moral, como fenómeno que ocurre en
la vida afectiva, real.
La ética responde hoy a una total racionalidad empírica. No
se justifica ya, una ética casuística, ni especulativa. Si la moral es
inseparable de la actividad práctica del hombre, material y espiritual, la
ética no puede dejar de tener nunca como fondo la concepción filosófica del hombre
que nos da una visión total de éste como ser social, histórico y creador.
Toda una serie de conceptos que la ética maneja de un modo
específico como los de necesidad, libertad, responsabilidad,
conciencia, valor,
presuponen una reflexión y esclarecimiento filosófico.
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