miércoles, 6 de junio de 2018

Los “Viejos” En La Informática

“El significado de 'viejo' está cambiando, sobre todo gracias a los avances en los tratamientos médicos para las enfermedades crónicas”, explica el analista. “Pero todavía la mayor parte de la gente se retira alrededor de los 65 años, y por lo tanto, la edad media de jubilación tiene poco en cuenta nuestras expectativas de tener una vida larga y saludable (en la que podríamos contribuir a la economía, más que convertirnos en beneficiarios pasivos)”.

Es el viejo argumento a favor del retraso en la edad de jubilación, pero que pone de manifiesto una peculiar realidad. Mientras que en los entornos laborales cotidianos prolifera cada vez más el “edadismo” (“ageism”), la discriminación a aquellos trabajadores que se consideran demasiado viejos para su puesto, aquellas posiciones en las que se concentra el poder (empresarial, político, financiero) se benefician de los avances médicos que permiten vivir más, mejor,
con más energía… y, de esa manera, perpetuarse en sus puestos.

Si esto es así, ¿por qué parece que vivimos en un mundo pensado por y para los talentosos veinteañeros? En primer lugar, porque es un estereotipo muy atractivo, tanto para periodistas como para el mundo de la empresa pasando por la cultura popular. 

Si hoy se habla de un emprendedor, tendemos a pensar en un joven ambicioso, con grandes ideas y que no parará hasta ver sus sueños cumplirse. Como señalaba un reportaje de 'The Atlantic', la realidad es completamente distinta en el supuesto paraíso del emprendimiento, EEUU, donde la cantidad de jóvenes que dirigen una compañía ha caído en un 65% durante los últimos 30 años.

“Los jóvenes pueden estar liderando el país en emprendimiento como mentalidad”, señalaba el artículo. “Pero cuando se trata del emprendimiento como actividad, las generaciones mayores están haciendo la mayor parte del trabajo”. En otras palabras, y aunque suene poco atractivo, las personas al frente de la mayoría de negocios no son “jóvenes con sudadera y un patín bajo el brazo, sino su papá o su mamá”.

Es posible que esta confusión venga de la diferente visibilidad de ambas generaciones. Las historias de jóvenes exitosos son atractivas, mientras que las de hombres de mayor edad que amasan dinero y poder día tras día es mucho menos romántico. En otras palabras, ¿alguien se acordaba de Donald Trump y de su patrimonio antes de que se presentase a candidato republicano? ¿Cuántos lectores han tenido que comprobar si Buffett seguía vivo? En muchos casos, apenas conocemos detalles de la vida personal de los multimillonarios que cierran los grandes tratos en todo el mundo, ya que su presencia mediática es limitada, aunque su peso en los negocios y la política global sea mucho mayor.


Eso contradice la mayor parte de discursos que existen sobre el futuro, y que señalan que son los jóvenes (los supuestos nativos digitales) quienes deben liderar los cambios que están por venir a corto plazo. 

Hace apenas unos días, Jack Ma (52 años), fundador de Alibaba, recordaba que hoy en día deberíamos fijarnos en las personas que tienen 30 años, “la generación de internet”. “Son ellos los que van a construir el nuevo mundo”, añadía. 

Pero su afirmación plantea grandes preguntas: ¿cuándo ocuparán el lugar de sus predecesores? Es más, ¿cuánto tiempo aguantarán en sus puestos después del relevo, dado que vivirán aún más y mejor que la generación inmediatamente anterior?

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